martes, 2 de septiembre de 2008

Galletas de Mantequilla





INGREDIENTES

300 gr. de harina de trigo
75 gr. de harina fina de maíz (Maicena)
250 gr. de mantequilla
100 gr. de azúcar blanca
50 gr. de azúcar vainillada
1 cucharadita de levadura
1 huevo
1 pizca de sal
1 cucharada de nata (opcional)


Mezclar en un bol las harinas, los azúcares, la levadura y la sal. Tamizar la mezcla con un colador (o un tamizador de harina).
Cortar la mantequilla bien fría en dados pequeños, que iremos echando sobre la harina, enterrándolos de vez en cuando.

Mezclar la mantequilla con el resto de los ingredientes secos presionando con una mano. La mezcla debe hacerse más bien con la punta de los dedos para obtener no una masa homogénea sino una especie de migas. El procedimiento es el mismo que para hacer la masa quebrada.

Echar el huevo y mezclar ahora sí para obtener una masa. Si es necesario añadir líquido porque la mezcla haya quedado demasiado seca, aligerar con un par de cucharadas de nata líquida para cocinar. Normalmente no es necesario, sino más bien habrá que añadir algo más de harina para poder amasar.

Sobre la mesa enharinada, trabajar la masa hasta que quede homogénea. Hay que tener en cuenta que, debido a la enorme cantidad de mantequilla, no quedará elástica como si fuera masa de pan. Para poder trabajarla mejor luego, es aconsejable extender la masa en una especie de lengua de unos 2 centímetros de grosor, envolverla en papel film de cocina y dejarla en el frigorífico unas 3 horas.

Precalentar el horno a 180ºC.

Sobre una hoja de papel de horno, extender la masa con el rodillo hasta que tenga como medio centímetro de grosor. Cortaremos las galletas utilizando unos moldes cortapastas (yo los he ido comprando en ferreterías y en tienda de "Todo a Cien"). Cuando más rápido las cortemos y pasemos a la bandeja de horno (cubierta también con una hoja de papel de horno) mejor, ya que a temperatura ambiente, la mantequilla se ablandará y la falta de consistencia de nuestras galletas hará que se deformen y no nos queden bonitas.

Una vez distribuidas sobre la bandeja de horno, podemos decorarlas al gusto. Yo suelo poner en una parte de las galletas una pizquita de sal, en otras canela, en otras coco rallado. Las posibilidades son múltiples.

Introducir en el horno a una altura media durante unos 15 minutos. En cualquier caso, hay que ir mirando y se pueden sacar cuando veamos que ya no brillan; no es necesario que se tuesten.
Poner la rejilla del horno en el banco de la cocina e ir colocando sobre ella las galletas horneadas. Esto se hace para evitar que tomen humedad al enfriarse y secarse. Al sacarlas del horno, las galletas estarán blandas, pero a los pocos minutos de enfriado irán adquiriendo consistencia.

Guardar las galletas en una caja de lata, para evitar humedad. Mi experiencia me dice que al día siguiente están mejor que recién hechas. Y si pasan dos días ya es el delirio.

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